Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 19 de agosto de 2012

Lo que rescaté de un sueño


La equidad de estos versos, en relieve
como una Venus descalza en el Olimpo.
Suena el concierto en preludio y fuga,
de una generación de antes de la lluvia.
  
Sandalias de esparto que conmueven,
aspirado el aire viciado de hoja de tabaco.
Faldas hechas de viento, hilos que se quejan,
del disfraz del claustro de la libertad fingida.





Haz de este momento un ruego
y olvida que lo has visto jugando
Que las luciérnagas son sueños,
que habitan en tus noches.

Haz de este ver y sentir,
una nave con tus besos
y déjala pasear atrevida,
en el ecuador de tu piel.
Que esta noche es magia despierta,
que te envuelve para dormirte en sus brazos...


La noche




La noche

No es un lago el amanecer dormido,
Por haber perdido su brújula en la madrugada.
Como el astro rey se extravía de su ruta
Si no encuentra su carta astral.

Fue la noche vestida de lujuria,
La que le dio a la luna a beber el hechizo,
Cúmulos, nimbos en copa de coral…,
licor de manzana del edén de todos los tiempos.

La estela de fuego del cometa sin rumbo,
diseño la aureola perfecta del eclipse
que derribo al ángel de sus aposentos,
para ir a nadar al lago de nenúfares.

Volcán, maremoto estremecido,
extraviando el reloj de sus manecillas,
desequilibró las horas al alcanzar la cima,
para dormir en una estrella como un naufrago.

¿Has visto alguna vez la lluvia...?


Hiere el pensamiento en su soledad abrazado....

YO QUIERO SABER;
¿HAS VISTO ALGUNA VEZ LA LLUVIA,
CAYENDO EN UN DÍA SOLEADO?


En el despertar de la luz de mis días, soñé;
"El mundo es muy grande,
que pequeña soy,
Cuanto habita en el....
¡Que suerte tengo! "

Fue entonces cuando alce mis manos
queriéndote encontrar....

No me importa que seas diferente,
que el color en tus pupilas tengan otro paisaje,
yo no quiero que cambies,
ni que entiendas mis razones,
si no son el agua de tu cauce.
Solo que pienses en mi como una parte,
que el mundo es muy grande,
hay lugar, para ti, para mi y para aquel.

Para todos, es un mundo completo,
Todos, son paisajes gratificando tu mirada,
si los avasallas con tu destrucción.
Entonces si será tu sombra humo,
decrepita pisando su soledad...

Que nunca veas la tristeza,
en la lluvia de un día de sol,
con tu paraguas de espuma,
haciendo eco en tu mundo vacío..


El afán de un Atila sin caballo.

Puede ser que alguien pueda pensar que estoy en la actitud de Quevedo con respecto a Góngora... ¡Ya me gustaría!, Más que nada por tener los dones de Quevedo..., con respecto a la escritura..., ¡No me vallan a ir por otros costados!.
Pues debo deciros, que no conozco a ningún Atila, y maldita la falta que me hace..., sencillamente me fastidiaba una mosca, que ni el insecticida podía con ella, agazapada en casa, huyendo de este frío otoñal tan pequeñito, que sin querer, nos esta haciendo rescatar las primeras ropas de abrigo.

No preocuparse por la mosca, ya pasó a mejor vida y hasta hice el entierro... ¡Pobrecita!




El afán de un Atila sin caballo.

Si ahoga el silencio con sus besos,
dame esa gubia que talló tu secreto,
en el frío llano de ese concierto,
sin norte ni rubato, paralelo a la vía,
de las mansas redes de esa jerarquía….

Tu agonía agita los alvéolos del gesto,
que se hace mueca, en las notas del blues,
aquel que suena cada atardecer doliente,
donde haces reverencia al ciego mutismo.
Como un rey sin corona, mirando su reino.

Me resigno a presenciar ese baile nupcial,
que desposa tus arrugas con tu regio hábito,
como un Poseidón derruido hasta el duro asfalto,
con su gris atuendo, perenne en la costumbre,
y exhibe orgulloso, con talante y sin misericordia.

En ese instante en el que te coquetea la letra,
tus ademanes se suben al caballo de bastos,
como un Atila que seca la hierba que pisa.
No me sirven tus soledades de cristalino ocaso,
si hiere la herradura, sin que bajes de la montura.

La última rosa del verano


La última rosa del verano

_Te hablo a ti_, Pensamiento
en tu ceguera de hojas de otoño,
ciego,
desbordando el arrollo seco de sueños....

Hoy vi caer tristes lágrimas
de la última rosa del verano.
Conmovida se durmió la indiferencia,
y quise secar esa lluvia de sus pétalos.

No sabes lo traicionera que es la desconfianza,
Siempre germina cuando presiente el vencido.
A la defensiva las espinas de su tallo,
rajaron la piel y la carne de mi dedo corazón.

¡Sangra amor mío, llora de dolor!,
Mi corazón herido por la última rosa del verano.

Te enamora la belleza,
quieres poner seda de granito para protegerla
y ella en su asustado desorden,
te clava el aguijón envenenado
de la última abeja que recolectó su polen.

No puede ser que la rosa de los vientos,
no sepa diferenciar un eclipse del sol,
con un amanecer de otoño, que la duerme

¡Sangra amor mío, llora de dolor!,
Mi corazón herido por la última rosa del verano.


Si el viento barre mi pensamiento... ¿Qué me queda?



¡Corre, corre!, por el sembrado de amapolas;
niña de trenzas con los reflejos del sol.
Que el viento no te atrape, antes que crezcas,
y te robe tu sueño de mar y olivos...


¡Corre, corre!, Ten cuidado con las olas de trigo;

Es su dorado de Junio el que tienes que guardar,
Será para siempre el brillo en tu mirar de cielo.
Y tu sueño de caracola en el rugir del mar.....




¿Que pienso?.... El miedo que siento,

por la inmaculada concepción de la palabra...

Amiga que haría yo sin ti, en esta orilla del tiempo.
Volar quisiera como Juan Salvador Gaviota,
y soñar en prados de margaritas cubriendo tus desiertos.

No quiero sentirte vulnerable en bocas impías,
caminar descalza entre tantos prados de ortigas.

Es cierto que tu envés se atrofia según el viento.
Nunca será sagrada tu utopía en brazos de la libertad,
si se viola tu lecho y se erigen banderas con tela de mordazas,
usando tu sangre para decapitar la libre expresión.

No me dejes

"The Summoning of the Muse" A. Andrew Gonzalez

No me dejes

No me dejes cerrar los ojos al hábito
de este azar, en su invención misántropa.
No me dejes caer arrastrada, dormida,
en un sueño brioso, de silencio roto,
atrapada por el vigía árido del crepúsculo.

Abre la puerta a la encendida noche,
con su alma de brisa y alfombra blanca
y me das a beber su estela plateada...
Que trepa la hiedra por los escalones
de mi lecho, derruido por el musgo.

No me dejes sobre las ramas desnudas,
de estas horas sin rostro, de sonata triste.
No me dejes, con la edad suspendida en el brocal,
del ausente fluir, del caudal de la gélida fuente...

Es tan breve la epidermis de un suspiro
que se evapora entre las sombras de mi figura,
aguantando el transeúnte, ladrón inquisitivo,
que deshace las flores en harapos itinerantes.

No me dejes, hechizada en el corto guiño,
del celaje bisiesto, para que me lleve consigo,
a su ritmo distendido de años insolubles.
No me dejes, en este erguido instante,
de vendaval vicioso, de caricias lujuriosas.

No me dejes….

Una noche cualquiera


Una noche cualquiera


Vivir es morir, pensaba, abriendo la puerta de su automóvil. Era una de tantas noches de madrugada de sábado, retrasando su partida, agotando la clemencia de unas copas en una sala de fiesta de las muchas que le daban opción a vestir de gala a una de sus muchas citas. La sofisticación y la belleza, cantaron el himno una vez más;

_Mucho por fuera, nada por dentro_, Se decía a sí mismo, mientras abría la puerta a su acompañante.
No tendría ese encuentro nada que contar al amanecer, sería solamente como ir de excursión a un lienzo que no tiene definido el estilo de sus pinceladas. Algo que nutre su mirada y apacigua el hambre de la carne, sin esperanza de definición.
Fue al regreso a su apartamento, refugio amurallado y escondite idóneo de su cruel invasora, la soledad. Cuando entre sus pensamientos apareció una voz sin sonido, una voz expresada como un pensamiento, producto de otra alma y dirigida a él;


"La historia que escribieron tus dedos sobre su piel,
trae hambre de siglos buscándome.
No importa el color de ese epitafio,
que olvidado dejaste impreso en sus senos,
será como siempre, la última noche...

Florecerá al amanecer la rubrica de tu firma,
como una rosa tatuada en la heráldica,
que se ciñe al cinturón de tu estirpe.

La historia que escribes en el perfil de tu memoria,
me reafirma como mujer en la aureola de tu sombra.
No se sacia, estructurando sus capítulos, con el índice,
necesita una saga completa para sellar su final.

Es una odisea de encuentros perdiéndome,
sin saber que escribes tu destino sobre mi nombre,
para seguir errante en la eternidad
buscando mi alma como un naufrago...."


Paralizado sospesó la posibilidad de que el tiempo marcaba sus pasos muy rápidos y el alcohol consumido se destilaba con demasiada lentitud. No podía ser cierto, o quizá estaba empezando a volverse loco….

_¿Quién eres y porque no me dices como encontrarte?_ Gritó al silenció dormido y nada le respondió….


Dos billetes al paraíso


En varias ocasiones os he presentado textos, escritos junto a mi amiga Brushi y algún otro poema, junto a mi amiga Leni (Magda yo misma), me encanta este tipo de fusión, es como mezclar dos sentires, dos formas de hacer y expresar. La verdad, es que ellas son geniales, escribir junto a ellas es como respirar, fluye de forma espontanea y además rapidísimo…
Este poema es en cooperación con Brushi. Esta, muy mezclado, salvo en algunos versos, en el resto, ni yo soy capaz de identificar, ni a la una ni a la otra…
Espero que lo disfrutéis, casi tanto, como nosotras al escribirlo….



Dos billetes al paraíso

Robarle la vida al tiempo,
que a tu lado me lleve.
Cabalgarte;
…demente, sin forma

Hablarle a tu ausencia,
mimar tu no estar.
Y harta trepanar la tierra
que de ti me separa.

Ser remera de este sueño,
hasta arribar a la nube
que hasta ti me guie.

Clavarme en ti,
verte desde dentro,
caliente, endurecido.
Saborear tu piel
con mis dientes, con mis dedos,...

Hablarle a la borrasca,
que me atrapa, que me arrastra
como un vendaval.

Ver que tus ojos me miran,
que tu pubis respira
y morir en ti, lento y dulce,
desencajando mi cadera...

Desestructurar mis huesos,
como una pieza que a ti se acopla.
Y sin vida yacer,...a tu lado yacer...
parar ya sin respiración
y reclamar tu nombre.

En un laberinto de deseos
me pierdo,
para volver a encontrarme
entre tus brazos.
Saber que mi Norte está en ti...
y de tu elixir se nutre mi brújula rota
Son tus besos, tu cuerpo,
mi único destino...

Escapémonos del mundo aquél,
de donde seas, de dónde estés...
Parar en el, revivirte perenne...
clavada en el recuerdo,
de mi sexo derretido...

Hagamos una isla,
solo con nuestros cuerpos,
alimentando esta llama
que crepita,
y sentir, sentirte, sentirme.
Un paraíso, con dos billetes
el tuyo y el mío

Futuro perfecto


Futuro perfecto

Parpadea henchida el alba,
Con los ojos sorprendidos
Y la voz perfumada de azahar.
Viene desnuda de dolores viejos,
Con la piel llama templada
bifurcada en dos cauces,
vertidos en vivos topacios.

El valle cansado de la letanía
de los símbolos haraganes,
se eleva frente a la transmontana
con sus oídos rescatados del exilio.

Llora el silencio al soltar amarras,
libre de su condena solitaria,
y abjura del guiño de la promesa,
por sus palabras de salamandra,
que hieren las gélidas soledades.

Me juré a mí misma, exorcizar
La maldición de la leyenda,
con soliloquios que acribillen
los ojos hirientes de la higuana,
mientras duerme en los insomnios,
de tanto ángel caído en el atardecer
que cierra las puertas del paraíso.

Abren los días, después del diluvio,
ese camino en este despertar,
que borra de los afectos el tatuaje
de tantas heridas ignoradas al tiempo,
que como eco de lagrimas prisioneras,
subscribe el presente en futuro perfecto.

Lo que no tiene precio



                                   
 Lo que no tiene precio

Era flor deshaciéndose como bruma,
cansada de ser sujetada con alfileres,
de ataviarse la estola ebria de licores.
Se descalzó sus zapatos de tacón,
de bailarina de porcelana en el salón,
en las noches que escondían naipes,
para no descubrir su mejor jugada...

Entre titanes de los mares de asfalto.
Tiburones amancebando madrugadas,
a crueles dentelladas ensangrentadas.
Laureles de tricornio sin título raso,
Comulgando con sales aromáticas
en duelos que escarbaban en el lodo.

Ella azucena y dalia con talante
resumió con garbo su majestad
como diosa destronada del Edén.
Y ante la hidalguía que le precedía
se desprendió la seda de oriente
por basto percal de bella doncella.

Se dijo a sí misma con firmeza;
_Se compra lo que se vende.
No hay postor para la dádiva,
que gratuitamente se ofrece_,
El diamante brilla con su miseria
y ella se evadió por sus aristas
antes que su hechizo la atrapara.


Vientos de cambio


Este poema o intento de ello, es solo una inspiración escrita al pie de uno de mis temas musicales favoritos;
Scorpions- Wind of change... Después de escribirlo, rápido, sin pensarlo mucho, al leerlo me pareció bonito. Espero que os guste.... Gracias a todos por estar, es bello sentiros...




((Vientos de cambio)) Claudio Porcel http://claudioporcel.blogspot.com/2007/08/figura.html


Vientos de cambio

Vientos de cambio
que vinieron sin tiempo,
con sus garras bien afiladas,
sin pronóstico previo
y sin haber pasado
por la pila bautismal.

Arrasando de norte a sur,
de este a oeste
sin olvidar la zona cero,
que dormía en la utopía
de un equinoccio prolongado...

Y fue el fin de la luz,
donde la esperanza se ciega
en una noche eterna.
Donde la luna inverna
en constelaciones de ensueño,
como expatriada diosa
de la creación perfecta,
huyendo del infierno
que el hombre es capaz
de construir para sí mismo