Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 19 de agosto de 2012

Una noche cualquiera


Una noche cualquiera


Vivir es morir, pensaba, abriendo la puerta de su automóvil. Era una de tantas noches de madrugada de sábado, retrasando su partida, agotando la clemencia de unas copas en una sala de fiesta de las muchas que le daban opción a vestir de gala a una de sus muchas citas. La sofisticación y la belleza, cantaron el himno una vez más;

_Mucho por fuera, nada por dentro_, Se decía a sí mismo, mientras abría la puerta a su acompañante.
No tendría ese encuentro nada que contar al amanecer, sería solamente como ir de excursión a un lienzo que no tiene definido el estilo de sus pinceladas. Algo que nutre su mirada y apacigua el hambre de la carne, sin esperanza de definición.
Fue al regreso a su apartamento, refugio amurallado y escondite idóneo de su cruel invasora, la soledad. Cuando entre sus pensamientos apareció una voz sin sonido, una voz expresada como un pensamiento, producto de otra alma y dirigida a él;


"La historia que escribieron tus dedos sobre su piel,
trae hambre de siglos buscándome.
No importa el color de ese epitafio,
que olvidado dejaste impreso en sus senos,
será como siempre, la última noche...

Florecerá al amanecer la rubrica de tu firma,
como una rosa tatuada en la heráldica,
que se ciñe al cinturón de tu estirpe.

La historia que escribes en el perfil de tu memoria,
me reafirma como mujer en la aureola de tu sombra.
No se sacia, estructurando sus capítulos, con el índice,
necesita una saga completa para sellar su final.

Es una odisea de encuentros perdiéndome,
sin saber que escribes tu destino sobre mi nombre,
para seguir errante en la eternidad
buscando mi alma como un naufrago...."


Paralizado sospesó la posibilidad de que el tiempo marcaba sus pasos muy rápidos y el alcohol consumido se destilaba con demasiada lentitud. No podía ser cierto, o quizá estaba empezando a volverse loco….

_¿Quién eres y porque no me dices como encontrarte?_ Gritó al silenció dormido y nada le respondió….


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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"