Conciencia
Bueno seria el mirar, ese mirar
frente a mi espejo,
rozando sus sombras,
el puntiagudo silencio
de la tortura protegida.
Y es su nombre, el rumor,
desdicha del llanto.
Alza unas manos apretadas
sobre el habitáculo clandestino,
la soberbia subida al monte.
A solo un mes la apertura,
ventanas, puertas
inaccesibles a mi canto.
Y no desalojan las miserias
de su luz habitada, ni despiertas.
Es un error pensar y hacer pensar
si el arroyo el agua se lleva,
o son nubes o quizá pájaros
los que viajan por mi cerebro
y por su inquilino pensamiento.
Cuanto peso de mi dolor
despertaría la solidaría duda
en su acomodada postura.
Pavimentada conveniencia,
es allí roca, la ciega conciencia.
Antoñi (03/07/2023)