Con la
primavera a cuestas.
Ahí va muriendo poco a poco
el derramado silencio
en los campos del invierno.
Se hechiza el frío, la nieve,
extenuados por el griterío
de la fogosa primavera.
Trae recién nacida
la juventud
en su piel, en su cabello.
Se extiende vigorosa
sobre la escarcha,
que es alfombra ahora
despertando el amanecer.
La derrite de gozo,
agua, gotas de rocío.
Clamor del llanto de la belleza
que siempre camina
con la primavera a cuestas.
Ahí van los almendros, los cerezos,
la espiga de trigo,
los pájaros con sus nidos,
con la primavera a cuestas.
Se estiran las yemas,
las hojas despiertan.
¡Regálame callada flor
la sonrisa que te engalana!,
Para mi quiero el brillo
del agua que la sed sacia,
cuando desde las raíces
brinda por la vida
con todos los brotes nonatos,
frutos renovados
para la nueva lozanía
de la madre tierra.
Ahí voy, persistente
a pesar mis heridas,
con remiendos en todos mis rotos.
caminando construyéndome,
sin desandar
mis secos veranos,
mis reservados otoños,
o mis deleznables y fríos inviernos.
Miro, siento, vivo la primavera
que siempre llevo a cuestas.
Antoñi (03 – Mayo – 2021)
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