Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 30 de julio de 2020

¿Sabes por qué te quiero?



¿Sabes por qué te quiero?

¿Sabes por qué te quiero?
Por tu tic nervioso en tu ojo izquierdo.
Nadie lo nota, no lo sabe.
Se te escapa por la melena suelta
de tu sonrisa cuando me hablas.
Porque nació irreverente, salvaje
como la estepa de tus cejas
cuando se inclinan sin saberse
al mirarme distraído, sin memoria.

¿Sabes por qué te quiero?
Por esa parte rota en tu cadera,
va dejando coja la humanidad,
sin intención, ni benevolencia
intentando encajar tus andares.
Por esa estrecha mira, oportunista,
regalada a todo tu mundo,
donde sin pincel, pintas, escribes,
tu historia sin entenderte.

¿Sabes por qué te quiero?
Por tu casualidad escrita, marca,
puntada a puntada en mí,
señalada hereje en mi frente.
No sabía de ese barco de vela
en mi mar de letras, fuera faro,
guía, coordenadas, puerto.
El ancla de tus brazos, frontera,
toda la eternidad buscándome.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"