Cometa
Habitar tu cintura libre de ropa
es un privilegio de la luna.
Viniste con el brillo de las
estrellas
como hábito en tu sonrisa.
Giras, giras, y giras extendiendo
tu cabellera de cometa indómito
haciendo tuyo el habitado cielo,
con visado de asteroide extranjero.
¿Quién podrá entender tu rareza?
¿No es acaso singular la espiga,
hidalga, blandiendo espada
al enfadado viento, con truenos
rayos de tormenta en sus alforjas?.
Quizá porque sonríes a tu herida,
y haces comedia de tu tragedia,
insigne caballero sin armadura.
No, no existe el no va más
en la persistente singladura
del ánimo torrente inagotable,
viajero agarrado a tus pies.
Porque, por llover, eres sequía,
¿Quién te puede coser por dentro?
Hambriento agujero te reside,
nutrido del pozo de tus lágrimas.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"