Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

lunes, 10 de febrero de 2020

Noche eterna



Noche eterna

Equivocado y de frente
afronta el recuerdo,
trasnochado y breve,
con el olvido inquilino
derramado por sus venas.
Una cursiva expansiva
línea araña el tiempo.
En su huida tropieza
con la pálida lámpara
del aliento de la soledad.
Una soledad desnuda
abriendo su desnudez
a la abreviatura del ser.
Somos como el agua,
nos vamos cauce abajo
de la edad sin memoria,
con ese ansia de descanso
poseída en la hoja
descolgando del árbol.  

La habitada nostalgia
Inflige un beso solidario
al silencio con sus bondades.
Un rostro quieto, construido
sobre el respirar cansado
de las baldosas del mañana.  
Apenas oye el tic tac mudo
de un corazón desertor
del abrazo de la vida.
La luz se despliega ciega,
pareciera velero arribado
a un etéreo puerto
sonriendo a una orbe
suscrita a un lejano mar
desfalleciendo por instantes.
El pasado con su balcón
de niebla golpea las paredes.
La raíz nacida con fecha
buscando la noche  eterna.


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