Desnúdame
Desnúdame la piel
torpe, atrapada
en todo ese lastre viejo, y pesado.
Arruga el suave
tacto, su mirada
en el camino a ser
solo pasado.
Desnúdame mi
enquistada sonrisa
devuélvela al
mundo sorda de fríos,
e inquieta de vida
en toda su prisa,
ahora indómita
como los ríos.
Desnúdame de esta
desesperanza
habitada con
rígido uniforme,
y subleva la
voluntad a ultranza.
Y siénteme tuya
con la confianza
de ser esa mi
libertad, conforme
me liberes
cárceles sin tardanza.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"