Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

miércoles, 22 de enero de 2020

Luna, luna…

Pintuta al oleo Nieves Maillo Zamora

 Luna, luna…

Ay la luna blanca que mora en el lago,
se va arroyo abajo a dormir la noche.
Cálida sombra se tiende mientras tanto
manchando  las vestiduras  de las rosas,
del espíritu dormido del  Jacinto blanco.
Parece un orgulloso barquito de papel  
navegando penurias, destinos robados
al bosque abovedado, a su dosel estrellado.

Luna, luna, es tu mantilla de pedrería,
linfa inmortal de los sublimes dioses, 
nobles árboles dejando caer sus hojas
a tu rebaño de majestad en las alturas.   
Suavecito es tu silencioso aliento cósmico,
cayendo como diminutos jazmines
en el desolado bosque empedrado
del  confuso mundo de los humanos.

Regresa altanera luna a tu potestad,
no dejes sujetar tu pelo con alfileres.
Deja suelta tu estela, tu olor a albahaca.
Sabes que el frío es montaña de nieve
en el impetuoso atril de tus descalzos pies,
y aún te quedan muchas peregrinas rondas
de ojos abiertos, por hacer a los refranes
inconcluso, al sabio puente de la vida.  


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