Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

viernes, 21 de junio de 2019

Ay, ay



Ay, ay

Ay, ay, esta queja sorda
sin ojos para mirar, ni pies  
caminando su mudo dolor.
Solo un corazón palpitante
agonizando vida, solitario.
Detén el grito de tu agonía,
va de la mano del silencio
cuyos sordos gritos escoge
la inquietante calma, ahora,
para soñarme como tu ser,
pues sabes que solo tú, y  yo,
somos uno sosteniendo el cielo,
que nos mira derrumbándose.

¿Qué necesita ese aliento
para saber que tiene boca,
unida al viento, cómplice
de sus pulmones de acero?.
Quizá unas manos abiertas.
Dictar a ese oscuro trance,
que sus pestañas son palomas
cosiendo con sus regios picos
la amarga controversia, clave
de sus insomnios mas tercos.
Un velocímetro de hormigas
en el estómago engullendo
distancias, cerrando hambre
de mi, de ti, en esto nuestro.  

Ay, ay que me cosen tus ojos,
a ti, a ese deseo trasnochado
que amanece desnudo siempre,
buscándome dilatando tu pupila,  
estirando tus manos a la nada.
Un desesperado hambriento
olvidando su ruta de caminante
para ser un ladrón de sueños
en este hábitat donde soy isla,
y tú con tu código de navegante,
puedes violar mis fronteras
hasta permanecer derrotado.

Antoñi ( 20 – Junio – 2019)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"