Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

lunes, 3 de diciembre de 2018

Aquello que fuimos



Aquello que fuimos

El secreto es delicado
su frescura se guarda
bajo la apretada llave
de cerebro precavido.
Se airea en la alborada,
si el sol sale de frente,
y le es tibio y avispado
el sonido de la brisa
regalándole un mensaje.
Entonces, me pregunto,
¿Que será, aquí y ahora
aquello que fuimos antes?

Si, aquello que fuimos
bajo la sombra desangelada
de este sobrio presente
que nos habla en símbolos
recargados de incógnitas.
Sería justicia poder saber
quien es el ladrón de sueños
antes despertar la realidad
cuando la ilusión desfallece.
Pues este no es un universo
que por soñado ofrezca
su mejor tapiz al paisaje.

Somos, aquello que fuimos
al germinar la semilla
en la sacrílega superficie
de la piel de lo imprevisto.
Un causal solaz de dudas
que su misterio no abre
luz a los ojos del mundo.
Y si los abre no consuela
la verdad, el sentir hambre
el uno del otro, sin probarnos
en esta luminosa aureola   
sobrada de ribetes, de porqués.  



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