Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 4 de octubre de 2018

Enséñame



Enséñame

Enséñame a no volar el suelo,
a ser solida raíz con memoria
que necesitas como hombre.
No quiero pasar a tradición
obligada, o tal vez impuesta
a una tabla adyacente al ayer,
sin adaptación a ese universo
sin alma, para una naturaleza  
furiosa en sus contravienes.
Quizá tú y yo no somos suelo
firme en sus distintas costuras,
y no podremos sanar su mente
pensándonos como uno solo.

Enséñame álgida disciplina,
me respira el infinito limite,
aquí, donde me late la arteria
del resurgimiento primogénito,
ufana en su huerto de modestia,    
acusada flor de pensamiento.
Huye en manada su cromen
sin ser perfumen todavía
a este sentir que me impones
como vestido, todo desnudo.
A mi ser tatuada es tu fibra,
y en ella te tengo, evocación.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"