Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

miércoles, 26 de septiembre de 2018

No me rompas



No me rompas

Si me rompes no me tendrás,
ni en ese destello susurrado
amainando la voz del aire.
Seré sobrada convalecencia
dormida bajo tu recuerdo,
melancolía anudando la piel
del sueño de las estrellas
camino al gran acueducto
que despertará tu amanecer
después de nacer al azahar
de la memoria de los tiempos.
Gran coloso de este norte
que no sabrás de fronteras,
de diques en mí, establecidos,
porque no dará mi nombre 
la esfera de la sosegada lira
al dilatar su hermoso canto
por todos los sutiles encajes
del deseo anclado en tu bahía.

Si me sientes en tus brazos
cóndor viajero del presente,
sabrás que me soñó la tierra
en uno de tus pensamientos
intrépida gaviota de las nubes
tejidas por sus batidas plumas,
ya que el monte tiene su lago,
que no son mis alas siempre
cercando sus selladas rodillas,
y antes de eso fui una ilusión
sin partidas, ni llegadas a este
momento cifrado en soberbia
que a mí me toca bárbaro
con minúsculos ojos verbales,  
igual a la ninfa desposeída
de su trono estelar mágico,
por desear habitar tu bosque.
Mortal terrenal inconfesa
soy,  me delata tu dominio.


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