Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

martes, 31 de julio de 2018

A veces



A veces

A veces nos miramos
con ojos que no ven.
¿Donde fue tu mirada?
Son pródigos tus ojos.
En mi sentir es noche
recelando inhóspita
el vals que te bailare
en el oscuro océano
que tira sus tintes
azules a mis costas.
Vuélveme el parpadeo,
acuna sus sentires
antes de que muera
lenta, en el austero
peldaño del arrecife,
esta triste lágrima.   

A veces el desespero
me llama a recuperarte,
amar tu estela blanca
asida a mi vívido tallo,
y el existir fuera antes,
y el después llegara
flamante en su barco,
desterrando el presente.
Alguien hoy  extendidas
las hojas del silencio
sobre el ácido azufre,
me dice, abstraída
la arrogancia del siglo,
 que morir para siempre
es la visible clarividencia
en la palma de tu mano.


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