Leerte…
Quiero leer tus secretos
en el secreto de la noche.
Despliego, lento, las sabanas.
Páginas en blanco, con reverso,
que me regalan los epígrafes
que tienen tu hermoso cuerpo.
No necesito, manos, piel,
que me descifren tu letra.
De momento, con mis ojos,
todo entero, puedo leerte,
sin punto, o alguna coma,
que me esquematice tu texto.
Quizá luego, la luz apague,
incluso para el goloso mirar
que los espejos me devuelven.
Querré leerte muy despacio
con la yema de mis dedos,
conjugar tu verbo en mi boca.
…Y quizá mucho después
de que tú, libre, desposeído
de control, escapada tu prosa
fuera de la cárcel del margen,
se me tatuaran todas tus letras,
piel, con piel, memorizándote.
Muy bello la musica se mezcla con tus letras
ResponderEliminarOtro de tus poemas de perfecta claridad.
ResponderEliminarMuchas veces nos tenés acostumbrados a la obligación de hurgar entre tus versos la verdad que poseen sus metáforas, y al encontrarla se produce un gozo particular. Pero éste, particularmente, es como la fruta fresca que se saborea de pronto y en el momento justo. Sabor y satisfacción.
Muy bello.
Que sigas bien estimada amiga.