Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

martes, 5 de junio de 2018

Antonia



Antonia

¿Qué jardín mira ahora tus flores?,
Son dulces y brillantes tus deseos
pensados como rojas amapolas,
y trenzados en la punta errante
 de cada una de tus estrellas guía.
¿Cómo podrían ser derrotados, hoy, 
esperando la fría noche de la muerte?,
Abrazan el silencio de las sombras,
del hierro severo del imperativo
orden, enajenando tus voluntades.

Deseaste tanto  ese dorado trigo,
vigoroso, anunciando su llegada.
De frente, su rostro satiriza el aire,    
y a ti te espera, quebrada la estación,
reafirmar el recuerdo de tu huella
que te llora por dentro, siempre,
desde ese día, que a hurtadillas, viajó
el cansancio a vestir de luto tu alma.

He aquí la tierra vencida, el instante
heredado del fluir seco, insatisfecho
renombrando el vahído, hecho  grieta,
en el surco rectificado, impaciente
en un destino llamado a ser tuyo.
De repente se hielan las cerezas,
dando la espalda a la consiguiente
cosecha de esperanzas a este año,
a las venideras  frutas  recolectadas
en honor al recuerdo de tu nombre.



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