Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 18 de enero de 2018

Firmamento

Analizando la mujer que soy, siempre llego a la misma conclusión, si se me negara la posibilidad de escribir, de dar forma a lo que veo, percibo, siento, pienso…, a través de las letras, moriría irremediablemente, o mi ser se perdería en una inopia, carente incluso de la capacidad de percibir los sentidos. Pues este ser que ocupa mi cuerpo, está siempre haciendo escaramuzas en el aire de este cerebro pensante, con el que se me otorgó, intentado dar forma a esa bandada de aves, nacidas a ser migratorias…, letras, palabras, frases, sin sentido, punzado por salir, cambiar de medio, a través de mi, y yo, pobre, me veo abogada a darles forma, vida, o de lo contrario acabaría rota como un frágil cristal.
Doy gracias a esa excelencia divina, verdadera, al margen de cualquier religión creada por la mente humana, por concederme esta capacidad, puesto que es vida, renovación, incluso sanación, en esas etapas que la vida te golpea bajo sin dar explicaciones, ni oportunidad de defensa…, ellas, las letras, están ahí, tendiendo su mano hacía a ti, para que tú las equipes con el mejor modelo que su cuerpo pueda exhibir, y así lo haces, orgullosa. Habrá mejores diseñadores de letras, textos, poesía…, puesto que tú, como en todo, siempre eres y serás una aprendiz, sin embargo, si algo son, es parte de ti misma, así que cuando pasean su palmito por la pasarela de la vida, para ti, es algo grande, algo que ni el viento será capaz de robarte, ni barrer…



Gracias a todos por estar ahí…. Feliz tarde… Besos    


Firmamento

Nada…, es tan poca cosa!,
…sublime y memorable
te delata tu diestra mano.
Identidad del perfume
desnudo, del ser adentro.
Me hace añorar la huida
hacía el color negado.
_Un hallazgo _, Me dijiste.
Alegoría de un corazón
de lindes calcáreas, fósiles.

Hace demasiado tiempo,
del sollozo tierno y triste,
abandonado del ayer, ya.
Amatista brilla tu piel,
tintada por la estación
anticipada de las cerezas.
¿Quién se niega ese jugo,
en el paladar de su boca?
Quizá el sórdido placer
exento de sentimientos.

Para ti, para mí, un lecho,
efímero en la distancia.
Cercano ahora, perdurable
en la lasitud de la luz lunar.
Se le agota el combustible
al carro en el firmamento.
Ese, tan nuestro, y partirá
hoy, irremediablemente,
sin nosotros, a otro lado
del prohibido confín estelar.  

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