Tus palabras
la palabra en mi respira,
célula de mi ser, intransferible,
caballo a galope en mis venas,
explorador de almas y paisajes.
Si en ti respiro el verbo
que conjuga mi palabra,
será que en tu pecho hallo
la silaba abierta al mundo libre.
Eres manantial, espiga verde,
después mi dorado trigo,
por donde pasea el aroma
de amapola roja de mi niñez.
Vísteme despacito con tu voz
en mi oído, susurrante…, bésame,
…, ya sabes, con tus palabras
terciopelo y miel acariciándome.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"