Despidiendo los últimos días de este año 2017, se arraiga en mí, una
dosis respetable de nostalgia, quizá porque en los últimos tiempos tengo una
gran predisposición a dejar que me manipule la especuladora y quisquillosa reminiscencia,
que no deja ni un rincón de lo vivido sin saquear y exponer a su antojo.
Disecciono bisturí en mano todas las cosas que me han pasado, unas
decididas, otras eventuales, aceptadas o si, si, hayan sido buenas o no, desde
luego, lo tangible es que mis ojos solo se han cerrado, anestesiados, o para dar
satisfacción a los brazos de Morfeo. Luego soy alguien con mucha suerte, estoy
viva, y disfruto de una salud aceptable, que me permite ser lo suficientemente autónoma,
como para tomar, y hacer cosas por mí misma…, qué más puedo pedir?, Puesto que
es mucho más que lo que puede contar, aquel que se le negó la vida, o no pudo
nacer.
No puedo obviar, sin sentir dolor, mirar hacia atrás, echar de menos
lo pedido, sobre todo a aquellos, que no están ya en la senda por la que camino,
No son solo sillas vacías en mi mesa, en acontecimientos familiares, o
reuniones de amigos, es algo más, es algo muerto en ti, que difícilmente vuelva
a resurgir con la fuerza de la vida, algo que te deja cicatriz que va a doler
siempre….
Ningún año, que se cierra, es solo un año más que se nos va, es un trocito
de nosotros que deja raíces profundas en nuestra alma, con lo perdido, lo hallado,
lo logrado…, y sobre todo, con la llave que nos abre esa gran puerta en forma
de promesa, el año nuevo, este enigmático, 2018…, que aunque todos los colores que la traspasen
no sean luminosos, que sus ropajes traigan tonos grises, o incluso negros, es
seguir en positivo hacia adelante, progresar, crecer en nuevos proyectos,
nuevas esperanzas, vivir en definitiva, el gran regalo que hemos tenido la
suerte de recibir…
Gracias a todos, por seguir ahí, por acompañarme todos estos años,
seguimos juntos estos últimos días de este año 2017, para despedirlo como se
merece… Os abrazo fuerte…
Si tú me amas dímelo,
se agotará por siempre
el clamor en las esquinas,
los deseos airados, ocultos
en los silencios tenaces.
Mi vida dejará para tus ojos
de ser un airado eclipse,
en este cielo desconsolado.
Podrías amarme soñada,
desnuda de piel terrestre,
simétrica a tu urbe serena.
Verte agua, tierra, océano,
acota la inerme ternura
sánscrita al voraz vocablo,
desusado de modestia ayer,
cuando te sentí solo voz.
Amar, conjuga inexperto,
la tierra a ti, prometida.
Solaz en sombras teñido,
agonía del lirio de mi ser,
retenido en el rosal viento.
Cuerpo de la florida fuente,
en invierno vistiendo color.
Dímelo, si tú me amas.
Hermosos Versos Antonia, felicidades y éxitos para este nuevo año
ResponderEliminarUn abrazo fraternal
Saludos
Hola Pedro
EliminarHe tardado demasiado en contestarte, lo siento… Gracias por seguir ahí, y por tus palabras tan generosas, siempre un placer encontrarte entre mis letras, y espero que este año se este comportando contigo, como te mereces…
Besos