La vida te cambia
irremediablemente, eres la misma, y sin embargo sientes que estas cerrando
puertas, abriendo otros caminos, empezando otras cosas, es quizá que empieza a
caducar lo mucho explotado, o que ahí por ese camino ya no queda nada para ti,
es así como me siento ahora, en esta etapa de mi vida y es por eso que me veis
más ausente. Exploro otras posibilidades, que no me son ajenas, siempre
estuvieron en mi, aplazadas para tiempos que me dejaran la posibilidad de
introducirme en ellas, sin tener que abandonar otras cosas que necesitaban mi
atención y dedicación prioritaria…, con lo que no contaba es que el tiempo que
maneja el reloj, solo tiene veinticuatro horas, algo que nunca voy a tener en
cuenta, aunque se obstine en perseguirme, así que la magnífica prioridad, como
siempre me hace ser objetiva, y tengo que elegir, y algunas cosas están más
abandonadas, otras, como he dicho antes, caducadas, quizá ya no las retome
nunca, la vida es así, y hay paisajes a los cuales hay que decir adiós, aunque
en ellos queden personas que amas, tu camino está hacía adelante, y aquello que
no acompaña tus pasos, irremediablemente se queda atrás. Parece triste, y sin
duda lo es, hay mucha perdida en ello, tenemos que seguir nuestro norte, aquel
que de alguna manera nos ha estado llamando desde siempre, y que aún no hemos
dado los pasos certeros para encontrarlo.
Sigo, por aquí, y seguiré, según
pueda y me permita este majadero invento del reloj del tiempo…
Feliz semana a todos… Gracias por
estar ahí… Besos
La voz queda.
Brazos que me pesan
arrancándome la vida,
desde la mano al talle.
Ceniza diluida en hoja,
cae silenciosa al suelo
cual dorada semilla
deseosa de descanso.
Un misterio, un llanto,
despertará mi mortaja
pesada, balbuciente.
Y el sol, es mi norte río
de tanto cielo zodiacal
transitado en este sueño
prisión que me invade.
Voz queda, danza, seda
de los pétalos cultivados
en mis perfiladas cejas,
posados contracorriente.
Soy yo, equivoca querella
de este barco sin norte,
sin amarras a un puerto.
Tal vez, llamas una vez
en ir, y venir, la palabra
ser, en ella, sería una flor,
tremolina verde…, ven,
arcoiris de letras, eterno
vivo, Cyrano De Bergerac,
enredadera en mis versos.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"