Hay
un grupo de seres bellos, que yo llamo mis niños, junto a mis hijos, que con su
identidad propia, su libertad de ser, son para mí el legado autentico en el
cual he cooperado, coopero, mientras las fuerzas me lo permitan, para dejar en esta vida un proyecto de futuro
sano, para que el mundo tenga luz de esperanza para mejorar, no solo en el avance laboral, científico y tecnológico,
también en su salud emocional, que facilita las relaciones humanas, para que
vean al otro con igualdad, desde el lugar que le corresponda ocupar, y sobre
todo por ser un ejemplo de superación y de vida cuando el sistema excluyente está
diseñado para crear seres domesticados a su servicio, con características en
serie. Ellos han sabido luchar, y siguen con esa empresa que no acaba nunca, hasta
encontrarse a sí mismos, y con ello, no solo están encontrando su lugar en esta
vida, están dando una nueva esperanza al mundo, eso sí, de luz pequeña, pues
necesitamos muchas lamparitas que abran sus ojos creyendo en el poder que
tienen, para hacer a través de sus vidas un mundo mejor. Parecen unas escasa
gotas de agua de una nube utópica que va de paso, ya sabemos que las cosas
importantes que dan bienestar, son eso, quimeras difíciles de dar forma real y
factible, sin embargo, hay muchas quimeras que son una realidad gracias a
muchos que creyeron en ellas…
Ahí
mis niños, el mundo es vuestro…, estoy muy orgullosa de vosotros, cuando termine
mi estar por estas tierras, se quedaran unos agricultores, cosechando semillas fértiles
de futuro, vosotros sois ese futuro, no cosechéis desesperanza, aunque a veces
los tonos grises vistan vuestro sentir, y vuestro mirar, solo son estaciones de
un intruso clima, piedras que saltar, vosotros podéis, no lo dudéis nunca… Os
quiero corazones bellos
Feliz
viernes, y disfrutad el fin de semana… Gracias a todos… Besos miles…
Sin
detenerse
La
distancia me llama con tu rostro,
me
dice tus huellas sin dar nombre.
Mortales
geometrías en singular,
los
plurales son de Agosto seco,
del
verano de los cuerpos inertes.
Advienen
duraznos en primavera,
son
para ti, para mí. Dios arcano
el
paladar inunda con pulpa de uva,
caída
del cielo, hechizo irreverente
del
vino dado a beber por la noche.
Ansío
el dominio del temblor herido,
tener
tu lengua en los labios míos.
Camino
al universo, sendas abre
tu
extensa constelación arbitraria.
Pirámide
de angustia nos detiene.
Mar
de meandros en febril yema,
la
ávida boca, la cintura, distraen
en
el rápido recorrido simétrico,
al
cruel océano del exilio nos lleva,
sin
detenerse en la cima del deseo…
Bueno, no mucho por decir, una bella dedicatoria en el texto y una sensibilidad a flor de piel en los versos.
ResponderEliminarUn beso, prolífica amiga.
Hola Navegante…
EliminarGracias por tus palabras, por tu estar siempre…, hoy me apetece rescatar para ti un poema que escribí, pues no sé cuándo, y que por casualidad visualicé en estos días, y me hizo gracia la casualidad, pues lleva tu nombre, “Navegante”, si creo entender que es uno de esos arrebatos que sufro, cuando el amor de mi vida, se me pierde por días en los pasajes de este país por motivos laborales, un navegante infinitiva que es de la vida, y por el mundo….
http://amailzar.blogspot.com.es/2016/10/navegante.html
Besos
Me da placer llegar hasta vos y leerte mientras la trompeta me canta al oido
ResponderEliminarHola Recomenzar...
EliminarEl placer siempre será el encontrarme con tu aureola de generosidad y belleza, amiga, Gracias por seguir los pasos de mis huellas, hasta mi espacio.... Besos