Sencilla, corriente, normal, como mejor queráis acoger
la mujer que soy, quizá demasiado transeúnte
de las calles, de los caminos de la vida, esa vida que nos abre sus grietas de vez en cuando, que
nos deja el sol escondido cuando entristece o enfurece sacando su mal genio,
una simple mortal más, muy imperfecta, eso sí, en esta atmósfera que nos cobija,
que no pretende ser el colofón de la sabiduría, pues tiene infinidad de carencias
en ese sentido, solo tiene necesidad, inquietud por comunicar, y en cierta
formar solo busca contrastar opiniones con respecto a lo que expresa, y así
poder rellenar los espacios vacíos, que no sabe, no entiende, o le cuesta
comprender, para nada dar como cierto su opinión, su ver de las cosas y el
mundo, todo es cuestionable, menos aquello que cae por su propio peso, no soy
nadie, para tratar de imponer lo que pienso.
….
El materialismo, la apariencia, el qué dirán, una vorágine
de prejuicios, de trampas en las que caemos y nos acabamos robando nosotros
mismos, algo tan preciado, como la libertad,
la libertad autentica, que no es otra, aunque suene repetitivo, que la libertad
de ser, ser tú mismo, según sientes las cosas, te induce tu inquietud a
percibir el mundo a disfrutar con su variedad de colores, sabores, olores, y tú
en medio de ese universo queriendo dejar tu más autentica esencia, no la que te
permitan, no la que crees que nadie va a censurar, o aquella que más van
aceptar, si no esa que es la verdad de ti, donde te ves y te encuentras…
Es suficiente que alguien te diga que algo de tu
vestuario es horrendo, que no te favorece nada, cuando tú te sientes a gusto llevándolo,
para que inmediatamente acabe olvidado en el fondo del armario, y puede ser
simplemente una opinión…, o algo peor, que me decían a mí de jovencita, por gustarme
las transparencias, los escotes, las faldas muy cortas o aberturas excesivas en ellas,
pues amiga de los contrastes, también las usaba muy largas, que era frívola y
provocativa…, no pretendía provocar a nadie, de hecho, nunca me ha gustado
llamar demasiado la atención, eso me daba problemas en esa etapa de mi vida,
quería que me gustara la imagen que me devolvía
el espejo, solo eso, y eso daba confianza a la mujer que comenzaba a emerger. Hoy
a mis años, que nací en 1963, un 25 del estrafalario, nunca anquilosado en días,
mes de Febrero, hagan cuentas, rescato mi
gusto en el vestir de antaño, allí donde el espejo me dice que aún me veo bien,
me gusto… y me importa tanto como nada, que alguien piense, que visto, fuera de
mi edad, o con mal gusto… me gusto, yo, que importa lo demás?...
Feliz tarde…. Besos
Isla de pájaros
¿Desde cuándo sale a jugar
aquel travieso secreto
guardado en el existir de mi piel?,
Su aliento lo siento en mis rodillas,
insumiso de su prisión.
Beberse despacito la vida
con su ternura y sus llantos,
palpita bajo el cosmos de sus sienes.
Isla de pájaros en vuelo,
en el alma dibujada a expensas,
al hombre que a veces me pierde.
Déjame en el espejo todo en verso,
nutre a solas la sombra
llamada a ser elección,
en el ir y venir incombustible
de mi amante a la mañana plata.
Hay miedos en el abrigo
de la noche de fervor vertida,
me abre sus ojos tempranos
encendida de dudas en su cara.
En la intemperie, el amor sufre
frío, ebriedad del cielo derramado
por todos los besos escarlatas,
ardidos de caricias por beber.
¿Qué va a saber la atalaya
en las alturas, de mis labios,
desnudos de la laxitud de su boca?
La percepción azul baja su tronco
en la espesura adolescente,
al volverse lluvia en mis brazos.
Es su promesa, denso bosque
que me colapsa arbitraria,
llena de anticipación por tenerle.
Bueno bueno, tenemos aquí un poema ardiente. Es que así son los traviesos secretos que salen de la piel dispuestos a jugar. Y lo hacen en el momento menos esperado, es como que son algo propio nuestro, pero ajeno ya que tienen su propio albedrío.
ResponderEliminarRespecto de tu intro, que decir, que no le des tanta vuelta a como sos ya que todos tenemos idas y venidas, imperfecciones que nos diferencian... y eso está bien. Y que los demás digan lo que quieran, de la ropa o de lo que sea.
Abrazo y beso... y aplauso por el poema.
Hola Navegante...
EliminarEste poema guarda un trasfondo triste, también…, encierra la historia del amor de mi vida, lleno de partidas, ausencias, llegadas, siempre ahí, pero con la distancia amenazando, yo en mi isla y él con su vuelo de pájaro por los cielos del mundo… es difícil amar amigo, y duele mucho a veces, pero es lo que nos toca a los dos, más treinta años juntos, y nunca te acostumbras a verle partir. Gracias por tus bonitas palabras a mi poema, este sale directo de mi corazón…
La ropa en mi reflexión es un recurso para expresar lo inamovible que debe ser tú esencia, frente los artilugios del clima que pretenden atemperar no solo tus inquietudes, tu capacidad de desarrollo, por esa absurda normalidad, que crea manadas de borregos, en vez de seres humanos, libres e independientes…
Gracias
Besos
Es muy claro lo que me contás y bello aunque enigmático lo que encierran tus poemas. Al menos podés decir que hay un amor "de tu vida", no todos lo hemos alcanzado, duela o no.
EliminarMas beso.