Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

lunes, 20 de febrero de 2017



Tú, sobrio cielo, te abres misterioso,
a enamorarme de una orilla limitada,
prohibida  en sus profundas abisales .
Te digo al fluir la noche en tu seno,
_No dejes la niebla tocar la belleza_,
El cristal de tus ojos me conmueve,
si se vence olvidado, pálido de sentidos,
sin gestar para mí, tu límpida mirada.  
¿Qué voy a hacer si no me oyes?
No puedo despertar las rosas de su sueño,
ni los trinos verdes de la albahaca
del jardín soñado, de ese corazón,
cuya luz de plata, se niega a despertarse.   

Tú, me dejas en dialogo conmigo,
más allá donde amarte me yerma.
Triste colina de osados manantiales
en el extenso prado del latir desnudo.
Disoluta alborada desconcertada,  
me llama a su umbral de mensajes
matinales, donde inúmera la ilusión
sus tesoros en eterna travesía sin mar.
_Son arrojos las hojas de los tréboles_
Me responde un mudo quejido,
sin desplegar la suerte en mi estrella.
..., ¡Ay, amanecer de mis días angostos!,
Tus sonámbulos silencios me duelen… 

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