Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

lunes, 10 de octubre de 2016

Roce


Roce

El alma vuela humedeciendo la madrugada,
a lo lejos el cielo despierta los tempos del silencio,
cae de sus sábanas cargado de melancolía…,
¡Hay tanto por decir, bajo el estilete sueño!,
Las lágrimas entre los rayos del paraguas
bailan su vals desnudo del territorio de la edad,
renunciando a la identidad de los pétalos
de la flor y de los ojos del cielo cómplice.

Vive la luz para que se acerque ese beso
arrebatado de conciencia en su roce de labios.
Se deshace a la vez que incendia a los astros,
como tú y yo en la fricción indeleble del momento
donde nuestros mundos súbitamente se separan
para dormir en la insustancial soledad.
Me incitan a ese espacio muerto de la noche
y cuento mis estrellas solo por no dejar sentirte.

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