Roce
El alma vuela humedeciendo la madrugada,
a lo lejos el cielo despierta los tempos del silencio,
cae de sus sábanas cargado de melancolía…,
¡Hay tanto por decir, bajo el estilete sueño!,
Las lágrimas entre los rayos del paraguas
bailan su vals desnudo del territorio de la edad,
renunciando a la identidad de los pétalos
de la flor y de los ojos del cielo cómplice.
Vive la luz para que se acerque ese beso
arrebatado de conciencia en su roce de labios.
Se deshace a la vez que incendia a los astros,
como tú y yo en la fricción indeleble del momento
donde nuestros mundos súbitamente se separan
para dormir en la insustancial soledad.
Me incitan a ese espacio muerto de la noche
y cuento mis estrellas solo por no dejar sentirte.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"