Seducida
Milagro de piel
y alma,
seduciéndome con
su tacto,
ofrenda del
paladar del hombre,
suave como el terciopelo.
Me seduce la dicha del agua
acariciando las
flores
con su melodía húmeda
perfumada de
viento.
Será la mar y
sus olas
las que a mí me
lleven
seducida como gaviota,
remesa hasta tu frente.
remesa hasta tu frente.
En mi iris, tú me
seduces
sujeto a la
madre tierra,
a su palpitar imperecedero,
vestido de
amanecer.
Solar frondoso mi
corazón,
arraigan raíces de
mieles,
destinadas a ser potestad
en nuestro
eterno descanso.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"