La palabra
Bajo el rumor de
la noche
la palabra se
agota,
atrapada en ese lago
oscuro
de cristal brillante.
Donde la luna le
canta
nanas de sesgados
olvidos.
Donde las
estrellas la mecen
en centelleantes
arrullos
cómplices de la ruindad
del miedo al
dolor y la muerte.
La palabra, mujer
férrea,
sin límite regalas
tu sangre,
a un imposible amor
,
limpio y puro
como tu alma.
Vives con tus descalzos
pies,
con tus
encalladas manos,
consciente de
ser un ultraje,
con tu voluntad coaccionada,
con tu valor saboteado,
flaco favor
ajeno a tu ser.
Morirán los
siglos, los años,
también ellos morirán,
los empeñados en
ser orfebres
de tu moldeable cuerpo.
Arrastrándolo todo
a tu paso,
a través del fuego
perduras,
viajando perseverante
entre la arrolladora
lluvia.
Cobijada del ciclón
del viento
confundiendo sus
facultades.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"