Albor
¿Quién canta cuando
la voz se calla?
Se elevan los
suspiros en la boca,
relato blanco reñido
con su decir.
No quiero esta
luz que no ve,
escondida tras la
acre capa de la noche.
La noche es una
gran urbe dormida,
con sus luminosos bosques cansados.
Rima de los
cuadernos sin techo,
desgranan sus
páginas perseverantes,
al abrir sus
estrofas a la tristeza.
Hay un punto que
se niega a combatir
la lluvia de gemidos
de las nubes.
Sus silenciosos
vientos sin lágrimas,
sonríen al misterio frío de la muerte.
Albor, pájaro
dorado y esquivo,
prohíbeme este
vacío inútil.
Vuélveme a soñar
con el sol en la hierba,
desnuda en la estepa
de la nitidez.
Bajo la piel
dorada de las arenas,
donde el mar
funde sus orillas de sueños
y hace reír a los
jirones en las sendas.
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