Pintor
Pinta, si pintor
naciste,
pinta mi vida
con tu aliento.
Demasiado miedo respiré
bajo las ramas
del insomnio,
que hice
construir túneles
a la acotada luz
en su mirada,
para no caer apresada
y triste,
bajo la selva de
una pesadilla.
Pinta, si pintor
naciste,
el remanso de la
claridad
alojado en la
textura de mi voz.
El habla puede ser la melodía
amenizando la
paz del silencio,
o ruido que arrecia
irreverente.
Este sentir llama
desde el alma
a un nuevo
plumaje en el sonido.
Pinta, si pintor
naciste,
violetas en tu
jardín creciendo.
Necesito sobre
mi pelo su aroma
vertido desde tus
ojos seductores.
No hay más hiedra
en el cristalino,
tu pupila es
tenaz y consonante
en revivir los
instantes al minuto
en frondas y sendas permanentes.
Pinta, si pintor naciste,
polvo en el acueducto del viento.
Lágrimas van apagando la sonrisa,
por ciegos caminos con sus cruces.
Huesos y huellas se hacen ceniza
entre las flores que faltan por nacer.
Y el sigiloso escáner de la historia,
reescribe la memoria a su antojo.
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