Perennes
verbos...
Me dio la ocasión
conocer
la soledad de las avenidas
alejada de utopías ojerosas
de aquellos sueños de nadie.
Los dialectos sueltan la lengua
en equivocas afirmaciones,
son los números retorcidos
los que abrazan las cifras.
Muestran su ávido apetito
en demoler el santo estigma
adherido al alma de las gentes.
la soledad de las avenidas
alejada de utopías ojerosas
de aquellos sueños de nadie.
Los dialectos sueltan la lengua
en equivocas afirmaciones,
son los números retorcidos
los que abrazan las cifras.
Muestran su ávido apetito
en demoler el santo estigma
adherido al alma de las gentes.
Quisiera el pobre
hombre
la grandeza del hombre pobre,
siempre y cuando la paradoja
no sea afín a la ambigüedad.
El lado íntimo de la superficie
posee una profunda torpeza,
aún hoy se revuelca babeante
en la lascivia fría de la inercia.
Dieron potestad al sentimiento,
a pesar, los perennes verbos,
con su celeste mirada inefable.
la grandeza del hombre pobre,
siempre y cuando la paradoja
no sea afín a la ambigüedad.
El lado íntimo de la superficie
posee una profunda torpeza,
aún hoy se revuelca babeante
en la lascivia fría de la inercia.
Dieron potestad al sentimiento,
a pesar, los perennes verbos,
con su celeste mirada inefable.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"