Una verdad, en la verdad
Hice el viaje con maleta prestada,
ahora no encuentro mi equipaje
perdido en un peaje sin pagar.
Caminando desnuda por rudos paisajes
sin hallar la autentica respuesta...
Un solo vestigio protector
que le ponga boca y lengua
a la voz de la mancillada verdad.
La verdad, solo conoce un frente
mirando de frente con tibieza.
Y a veces llora bajo cielos nublados
y a veces grita al estadio de la impotencia.
Mientras tanto, mis manos se quejan
en el doblez de de una mano abierta,
pues el género disimula su naturaleza.
Yace entre la moderada prudencia
tanta, tanta obsoleta discreción
enmudecida en el miedo a morir
que se agota en el tiempo por decir...
Quizá, una mera circunstancia sea,
nombrada para ser discípula voluntaria,
rasgándose las vestiduras sin pausa,
por una nauseabunda y enreje causa,
bastarda en lo impropio de su estatura.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"