Amarte
No sabía que nací para amarte,
en ese momento robado al tiempo
cuando tu mirada se posó en mi boca,
como mariposa hambrienta
queriendo hacer ruta en la distancia
para beber el polen rojo de mis labios.
Conjugaste ese verbo eterno
adhiriéndolo a mi piel inocente,
sin olvidar ninguno de sus tiempos.
Y hoy esos pájaros voladores
en las alas de tus inquietantes dedos
migran por todas mis estaciones
volviendo mi cuerpo eterna primavera.
¿Me preguntas el por qué te quiero?
Si tú no lo sabes vida mía,
explorador por toda la extensión de mi mapa,
que puedo decirte de este amor
si desde que abrió sus ojos al mundo
solo a ti mira como su estrella guía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"