Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 8 de mayo de 2014

¡Que corra el aire!



¡Que corra el aire!

Andalucía, Córdoba, cualquiera de sus rincones más emblemáticos nos arrastra hacía tiempos  más pausados, más armónicos con la belleza, por ese duende, ese encanto que poseen sus gentes circulando por sus venas, que hacen de todo aquello que tocan arte con mayúsculas, porque eso son sus patios, arte que alimenta la vista y el olfato con los colores y aromas de sus flores, y que ellos tan generosamente ofrecen al paseante abriendo sus puertas de par en par.
Pues en uno de esos patios vive toda una comunidad de vecinos, cuyas puertas de acceso a cada uno de los hogares, abren al patio. Un patio todo él aderezado como si de bordado de umbría se tratase, en todas sus pareces y parte del suelo, y son esa multitud de puntadas, entretejidas macetas que hacen una apología al verde que mejor despierta la primavera, así como toda la gama de colores que el sol es capaz de recrear con su vista, esparciendo al mismo tiempo en los brazos del aire, aromas que agasajan el olfato de todo aquel que lo respira.
En esta mañana, aparece una de las vecinas llamada Fuensanta, con mucha disposición y en su voz una copla

Fuensanta:

¿Que tié la sarsamora
que a toa la jora
llora que llora po lo rinconé,
ella que siempre reía
y presumía de que partía ló corazoné?
Der un queré jiso la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle der doló.
Ló flamenco der colmáo
la vigilan a dejora
porque se han empestilláo
en sabé der  queré desgraciáo
que embrujo a la sarsamora. 

(Aparece por una esquina otra vecina, ésta llamada Remedios)

Remedios:
Va, va… con to jese talento, que va  deperta a toa la vensidá
 
Fuensanta:
Po que se derpierte, que jase mucho rato que el só a salió…

Remedios:
Po si!, La rason eh una.. (Hablando con las macetas de flores)… vamó a vé mi niñá como se jan despertao?,  Con su trajé achuchurrió paése… ehte caló va a mata a tor mundo!

Fuensanta.
Quieren bebé una miajita de agua…

(Desde una esquina se hace oír una voz que sobresalta a las dos mujeres)

Hombre:
Como ehtá el patio na má er só abre sú ojó!!
Pá floré la que cantan y las que oyen…, que no hay ma jermosa fló que una mugé bella…,  mu guenó díá tengan señorá o señoritá…

Remedios.
Ojú que súto!, Da onde a salió ehte hombre!!

Fuensanta:
Der arma der diablo paése!, Escondió en jese rincón.

Hombre:
No se me enfurruñen, que no asió mi intenció asustá…, el fontanero soy, y pa serví
Manolo me llamo.

Fuensanta:
Ah!, El bahante que janda averiao…

Remedio:
Ma podía uhté jarcese anunciá de jotra manera, que paése el tenorio.

Manolo:
Mugé nu me sea esagerá, que un agasajo a las floré, jace que se acicale su bellesa mucho má…

Remedios:
Mia tú ehte!!, Pasiera que a dó quinseañerá  habla… que una no ehtá pa según que cosá…!!

Fuensanta:
Será tú, la que se resiente de sú güesos, y anda peinando caná… pué serviora ehtá de mu güen vé….

Remedio:
Ma te vale, que jeso de “muge compuehta quita er mario de otra puerta”, contigo no se a de dá… o Si?

Fuensanta:
A que vien jeso?...

Remedio:
Na, un hablá…

Manolo:
Lo dicho, no se me enfurruñen…

Remedios
Uhté no eh capá de trabajá callaó?...


Manolo:
Ozú, que caracté! Ya no se abre ma ehta boca…

(Los tres se reincorporan a sus trabajos en silencio. Silencio que fue roto por la aparición de otra vecina, que cruzaba el patio para salir a la calle)

Vecina:
A ló güenó díá, veciná…, que  hasendoso  amanesió hoy el día.

Fuensanta:
Pa uná ma que pá otrá… güenó díá, Pilá…

Pilar:
Jése pique eh po serviora?

Fuensanta:
¡Qué Va!, No má desia que er patio eh de tó.

Remedios:
De tó el difrute, que no er trabajo.

Pilar:
Saben usté que lá mañana lá tengo mu cogíá. Ya compenso lo perdió ma adelante.

Remedio:
Jeso esperamó.

Pilar:
Con Dio y a má ve!

Fuensanta:
A onde irá la estirá ehta, toá lá mañaná?, A trabajá segurito que no… que no han nasio esó güesó pa rendí honoré a jése señó… vamos que la quijá de arriba eh má jasendosa.

Remedios:
Tú y ló chismé…, a ve…,  que se cuese con pilá?.

Fuensata:
Yo no digo ná, que luego tó se sabe…

Remedios:
Si tó se sabe, que má da que tú lo digá… anda dípara po jesa boquita!

Fuensanta:
Naá!,  Que disen lá malá lenguá que jése señó que la visita, no eh su tito carná. Carná, ló trabajitó que le jasé bajo lá sabaná…

Remedios:
Ni  que fuerá ehtao tú de colchón, para sabélo.

Fuensanta:
De colchón no.., a vé si no, quien paga sú cuentá y jesó modelitó que me gáta??.

Remedios:
Quién sabe??, Tó lo díá tie lá mañaná ocupá, seguro que va a trabajá…

Fuensanta:
Trabajá!!,  ya, ya… a lucí parmito po la calle mayó, te lo digo yo…

(En ese momento cruza el patio, hacía la calle el fontanero Manolo, con su caja de herramienta en la mano)

Manolo:
Me voy yendo, mí floré cóturerá, que aquí llega uno dénuó y sale vétió con trajé.

Remedios:
Vaya uté con dió tenorio afisionao!!...

Manolo:
A la de dio, que corra el aire..

Fuensanta:
Po un suponé, nó ha llamao cotillá…??

Remedios:
Noo!!..., que va!!..., no má, nó ha piropeao…

Fuensanta:
Menó má que no lo ha oío mi marió, con lo selosillo que é…

Remedios:
Celocillo?, Con lo entrenió qu`ehta  con la puerta de al lao…

Fuensanta:
Desiá?

Remedios:
Na!!.., que corra el aire!!...

(Sale hacia la calle un vecino con traje oscuro, Prudencio le llaman, con sombrero que se quita para saludar a sus vecinas)

Prudencio.
Mu güeno díá lé de el señó a ustedé

Fuensanta y Remedios:
Mú güenó díá tenga usté Prudencio.

(A voz templada perceptible solo a los oídos de ambas)

Remedios:
Mu remilgao me paese éste pa sé tan prove…

Fuensanta:
Prove y otra cosa… que yo no digo ná, que luego tó se sabe…

Remedios:
Qué eh jese tó?, Que te gusta má,  a ti, tirá la piedra y escondé la mano.

Fuensanta:
Que no se diga que voy con el chime, que una refiere, nunca chismea…

Remedios
Te vale ya, tanta palabra chica!, Si lo ehta deseando…

Fuensanta:
¡Yo! (golpeándose el pecho)

Remedios:
¡Tú!, Si paesé el diario corre ve y dile, que si no habla revienta toa…

Fuensanta:
Mira tú ehta, que paésia una pavita cuando la compramó…

Remedios:
Pavita yo?

Fuensanta:
Pavita tú, que ha empesao a ofendé anté…

Remedio
Me lo disé, o no?

Fuensanta:
Bueno… que sepá, que eh porque tu ha ensistio… y eh que una, duerme con un ojo abierto, por eso se entera de tó… 

Remedios:
Con un ojo abierto y el oído puehto…, que tó hay que desirlo (Casi susurrado)…

Fuensanta:
Desiá?

Remedios:
Ná, cosa der aire… sigue

Fuensanta:
Pue, ya sabé que con el caló, hay que abrí to, pá que corra el aire, y tó lo que tenga que corré…  y sabé ademá que el Prudencio trabaja de panaero de domingó a vierne… y lá noché son tan largá que una se desepera si no tiene ná con que sofocá este caló…

Remedios:
Vamo ya con la retajila, que paese un asertijo…

Fuensanta:
Si me lo decía mi mare; “la pavita, solo pue llegá a pava”, y ehta eh, pá alivio de mi pená, “escolá”…

Remedio:
Pue habla claro que to er mundo te entienda…

Fuensanta:
Es que eré de corto entendé…. Niña, que jase mucho frío en invierno para dormi sola!,  Y que la mujé del Prudencio no pasa na de frío, que tie quien le caliente la cama, en lá noché que él mario trabaja…


Remedio:
(Murmurando, mientras arregla las hojas de una maceta)… Anda ehta!, y yo con la boquita callá pá no jásele daño..., que eh su mario el que pone la estufa pá calenta esa cama...

Fuensanta:
Te pasa hargo?

Remedios:
(Medio escampándosele la risa), Na, que me acabo de acordá que puse la leche a herví…

Sale corriendo Remedios para evitar que  Fuensanta vea como se ríe, y saque conclusiones.

Fuensanta:
Ehta eh tonta de remate, no se entera de ná… acabo y voy a vé a la María que me cuente lo último…

¿Que tié la sarsamora
que a toa la hora
llora que llora po lo rinconé,
ella que siempre reía
y presumía de que partía ló corazoné?
Der un queré jiso la prueba
y un cariño conoció……



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