Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 9 de marzo de 2014

La voz

No todos los días nacen con un sol esplendido alumbrando su cara, y es que nos guste o no, él es el astro rey que domina nuestro existir y para que no, se nos olvide, nos ofrece condolencias cuando menos lo esperamos, escondiéndose detrás de la cortina.
Como su luz es un gigante que si ha de morir alguna vez lo hará de pié, seamos buenos para que nuestros días sean dorados y espléndidos, nunca llorosos y oscuros..
Tenga una feliz tarde de domingo...
Besos a todos


La voz

Derrotando espacios al silencio
ya la verdad no sabe de bocas
cerradas o abiertas en la palabra
sufre desconsuelo la garganta
de tanta aglomeración de tráfico
y aún suenan las campanas 
por la última muerte del verbo.

Se denota cansancio frígido
en las espesas soledades
de los siglos del hombre.
No se alumbrará esperanza
para el engreído espécimen
que luce granito por rostro.

Quiso ser luz de ojos abiertos
en conflicto con la ventana
por la cual se cuela el sol.
Demasiada soberbia tiene
para ser solo ulterior cadáver
sacando pinceladas a la vida.

Desbordan las silabas mudas
al carecer de guión el párrafo,
luego, está dormida la frase.
Y la historia yace escrita 
bajo la orden de un poder 
mientras la evidencia se rinde
agotada en el talante de oírse.

Antoñi


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