Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

viernes, 21 de febrero de 2014

¡Que me importa!




¡Que me importa!

¿Por qué el amor se desentiende?
Alza el vuelo como ave migratoria
y a mi sombra ajada no la mira.
un murmullo helado de voces
me acompaña en este responso.
¡Que me importa lo que digan!,
Si nadie despertará mi sonrisa
de su triste imposición aletargada.

Mi corazón palpita el espesor
de una indiferencia inconfesa
como un motor de forjado hierro
que nutre su existencia en el vacío.
¡Que me importa que te haya amado!
Si ni las esporádicas nubes del recuerdo
que a veces circundan el inerte cielo
de esta imberbe memoria que me reina
se alteran en incontrolada lluvia...

Quizá, sea un limbo de paso
y este sentimiento frío de granito
incube la esperanza de la golondrina,
agitando sus alas, pintando paisajes
florecientes de primavera en su nido...

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