El sueño de la tierra
hay un sol de voluntades a la espera,
ahí la inocencia de una niña, brilla,
crédula de la verdad del mañana.
Se clavan los ojos de alfiler en punta
en la delicada piel del cordero,
y el ave que pasa anunciando el invierno,
es una emisaria paloma mensajera
cansada de volar la paz entre los hombres.
Gotas de nostalgia derrama la luna
en la azorada noche de plenilunio,
añora su habito de centinela fiel,
allí, donde el ingenuo amor se escapa
para abrazar la necesidad de las almas
atrapadas por angustiosas soledades.
Danzan, danzan y cantan silencios
los expectantes brazos del aire
plegando sus pestañas al horizonte
para no descubrir sus alforjas
hasta que por sorpresa desalojen
sus miserias sobre la frente del futuro...
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"