La mitad de un todo
La renuente mañana
cuajada de sombras
tarde descubre sus ojos
entre sus pobladas cejas
Y el sol como el agua
se me escapa de entre los dedos…,
cruel invierno que se hace eterno
en mi yermo corazón.
Siento que soy la mitad de un todo,
Y esa otra mitad inconsciente,
no me siente en su inacabado todo…
Y así, incompleta, sofista a ratos,
se me pliegan las insubordinadas alas
en un antojo del ártico en su soberanía.
Si existiera ese refugio secreto
donde la vida puede ser
tan dulce como queramos…
¿Me darías tú el mapa de su memoria?
Me perdería en él como un naufrago
en la costa de los sueños de ese mar abierto.
Me siento como una sirena desterrada
que habita el estanque de la solitaria flor de loto,
cuyo deseo quiere agrandar sus dominios
para ver si mi canto te alcanza.
cuajada de sombras
tarde descubre sus ojos
entre sus pobladas cejas
Y el sol como el agua
se me escapa de entre los dedos…,
cruel invierno que se hace eterno
en mi yermo corazón.
Siento que soy la mitad de un todo,
Y esa otra mitad inconsciente,
no me siente en su inacabado todo…
Y así, incompleta, sofista a ratos,
se me pliegan las insubordinadas alas
en un antojo del ártico en su soberanía.
Si existiera ese refugio secreto
donde la vida puede ser
tan dulce como queramos…
¿Me darías tú el mapa de su memoria?
Me perdería en él como un naufrago
en la costa de los sueños de ese mar abierto.
Me siento como una sirena desterrada
que habita el estanque de la solitaria flor de loto,
cuyo deseo quiere agrandar sus dominios
para ver si mi canto te alcanza.
Hermoso poema, Antonia, me ha gustado todo su verdor. Un abrazo desde EEUU.
ResponderEliminarEso de sentirse la mitad de un todo no debe ser nada agradable . no?
ResponderEliminarPrecioso poema . Un abrazo.