Momento robado
Se me antojó robarle al tiempo
el candor de un momento…,
y me sentí feliz como una niña
con un juguete prestado;
enardecida, jugando a destajo.
Demasiada tierra donde jugar,
para un hombre como tú…,
y a ti, te gusta jugar, ¡Ya lo sé!...
Se te hace difícil pensar en el amor,
en su verdad en un mundo de locos!...
Y ese código personal, tan tuyo
que te separa lo bueno de lo malo
y que te obliga a aguantar la rapsodia
de una conciencia inquebrantable,
no tiene visos de querer seguir adelante.
Disertar un valor en su fase quirúrgica,
por lo que fue o pudo ser…,
ni a una mirada hambrienta, alimenta.
Solo fuimos la unión de dos barcos
navegando en la noche, que se rozan,
y que se separan para seguir cada uno su ruta.
Ahora nos queda este horizonte interminable
y a la vez insondable, en la lejanía extrema,
en la ausencia fiel que se desempereza gozosa.
Y es que el universo es inmenso para este sueño,
porque tú y yo fuimos nada y nada seremos…
Maravilloso poema,Antonia, de un amor imposible -tal vez- un pensamiento en donde mora. Un saludo cordial desde EEUU.
ResponderEliminarUn modo muy tierno,de plasmar la magia,del compartir efímero y casual.
ResponderEliminarPinceladas de añoranza,se refugian entre las esquinas del viento del narrar.
Bellísimo escrito.
Un beso,desde el otro lado del mar.