¿Y ahora qué?
¿Y ahora qué?, Me preguntas...
Sírvete la respuesta de tus bondades
que a mí no me queda otra,
que esa se fue rodando triste
como la palabra que nadie escucha.
Y es igual un desaire que una escusa
cuando la voluntad hace aguas
acostumbrada a ser reina y señora.
No me estremece, me sobra;
la compasión y la lástima
que me reduce a lo insignificante.
Siempre voy a ser quien soy;
ni más importante, ni menos,
aunque mis pies sean tres,
contando el auxiliar que me sostiene.
No se trata de tener o no tener,
de ser o no ser.
Pues siempre se tiene y se es,
a pesar de que en el tener,
se tenga la cartera llena de agujeros
por donde no se van los desengaños.
Y en el ser, se sea víctima confesa,
por resignada, consentida...
Sírvete la respuesta de tus bondades
que a mí no me queda otra,
que esa se fue rodando triste
como la palabra que nadie escucha.
Y es igual un desaire que una escusa
cuando la voluntad hace aguas
acostumbrada a ser reina y señora.
No me estremece, me sobra;
la compasión y la lástima
que me reduce a lo insignificante.
Siempre voy a ser quien soy;
ni más importante, ni menos,
aunque mis pies sean tres,
contando el auxiliar que me sostiene.
No se trata de tener o no tener,
de ser o no ser.
Pues siempre se tiene y se es,
a pesar de que en el tener,
se tenga la cartera llena de agujeros
por donde no se van los desengaños.
Y en el ser, se sea víctima confesa,
por resignada, consentida...
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"