Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

miércoles, 17 de julio de 2013

¿Y ahora qué?


¿Y ahora qué?


¿Y ahora qué?, Me preguntas...
Sírvete la respuesta de tus bondades
que a mí no me queda otra,
que esa se fue rodando triste
como la palabra que nadie escucha.
Y es igual un desaire que una escusa
cuando la voluntad hace aguas
acostumbrada a ser reina y señora.

No me estremece, me sobra;
la compasión y la lástima
que me reduce a lo insignificante.
Siempre voy a ser quien soy;
ni más importante, ni menos,
aunque mis pies sean tres,
contando el auxiliar que me sostiene.

No se trata de tener o no tener,
de ser o no ser.
Pues siempre se tiene y se es,
a pesar de que en el tener,
se tenga la cartera llena de agujeros
por donde no se van los desengaños.
Y en el ser, se sea víctima confesa,
por resignada, consentida...

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