Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

viernes, 5 de julio de 2013

La palabra


La palabra

Como aúlla la palabra en la noche,
es un augurio reticente que avisa.
Más de una vez fue arrojada
a los espirales de su sombra,
por creerla nociva y hambrienta.

Hambre y sed, sin duda tiene,
de la mirada que le devuelve el espejo,
del caprichoso sueño que se abraza
a un salvavidas de esperanza,
considerándose la realidad viva.

Y qué de la hiena que bebe su sangre,
recorriendo su piel inquisitiva.
No podrá descifrar su mensaje
nacido al calor de la noche oscura,
esa, que tiene al acecho, tras la muralla,
dientes afilados de verdugo en celo.

No morirán las verdades a medias
disfrazadas de cautela y miedo.
Ni las banderas de la osada valentía
que escribieron su diáfana tinta
con olor a sangre derramada
en los arales de la historia.

La palabra verdad es un río de gran caudal,
que juega al escondite en cada páramo
evitando que el embrujo la cautive
que las intenciones lo ensucien
ensanchándose en su recorrido
hasta alcanzar su inmenso mar.

La letra mentira, es un río de aguas ensalobres,
que canta un aleluya falso,
que parece una plegaria en el oído ingenuo
que distorsiona su cauce, confundiendo,
buscando con sagacidad
invadir las aguas de todos los mares…


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