Momento
Me brindaste una oportunidad,
descarada, exenta de dominio,
fugaz como el suspiro de una hoja,
al ser derrotada en el ir y devenir,
de la arrogancia del tiempo.
Y ahora me encuentro exhausta,
nadando en mitad de una tormenta
sin tener a mano un salvavidas,
que me salve de este laberinto
de emociones contrapuestas y en fuga.
No sé, si es él, o eres tú.
Un tú paralelo a un él embriagante.
Que le juega en falso a la razón
más prejuiciosa y clasista,
ilegitimando el poder sanador
de la misericordia en la cuarentena.
Por qué lo olvidas y me olvidas,
si nunca fuiste tan consciente
de esa mítica aureola de sentidos
que te advierte de la invencible muerte
a través la más tangible ocasión,
de ser, en ese sentir efímero,
que se evapora tan rápido
como el agua en un día caluroso.
Aprovecha, aprovechemos
nuestro momento sin ojos en su espalda,
sin timón que manejar por sus manos.
Que es imposible caducar su velocidad,
ante la insobornable custodia
que definitivamente nos lleve
hasta formar parte de la nada…
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"