¡Ay amor mío!
¡Ay amor mío!, Si supieras de mis días,
de mis noches cómplices
de este amor que te mira
desde este claustro de penitencia.
¡Ay amor mío!, Si supieras que existo,
que en silencio cuando te nombro,
se deshace la distancia y la ausencia
en una ensoñación que te toca,
te tiene; dulce cáliz en mi boca.
¡Ay, ese insumiso viento!,
Entremete sus dedos entre tu cabello
y yo me muero de celos.
Juega con sus risos
y moja sus manos en el arcoíris
pintándole destellos de oro y plata.
¡Ay, ay, ay!, Que vivir esta muerte,
es sentir que querer y no tener
es una daga que despacio te subyuga,
y te abre el corazón en fuente
de un dolor que al respirar, te mata.
http://youtu.be/HUZWUMJzjyc
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