Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

martes, 5 de marzo de 2013

Podría amarte engañada.


Podría amarte engañada.

No es el tiempo,
en su carrera de obstáculos
el que de mí se olvida.
El que de mí se ríe…
¿Qué importa el tiempo?
No es un dios aquel
que diseña su pedestal,
al final enamora a la muerte
al igual que tú y yo.

Es muy peligrosa esta marea
que me inunda, silenciosa.
Es como un volcán dormido,
de profundidades ardientes,
de rostro apacible y sereno.

A ratos el viento se lamenta,
en un ir y de venir de silabas
satíricas, que ríen mi llanto.
Y la marea me sigue arrastrando.
¿Qué puedo regalarte?
Un beso a la ausencia,
a lo eterno, por imposible.

Si por cerrar los ojos te encontrara,
podría amarte engañada.
Extender mi mano y tocarte.
Tocarte en él, en su piel,
besarte en su boca.
Un fatal placebo sustituto
que me abrigue la noche,
que fría seduce a la mentira
para tenerte…. 

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