Hoy
Hoy, que no es ayer, ni mañana,
perece lánguido, sin protesta,
arropado por su sudario.
Será un sueño desgastado,
disperso entre efímera ceniza.
Y después, nacido en presente,
tendré que reinventarme
como la nada se hace a sí misma;
desnuda de otoños fríos
de cielos grises vespertinos.
Acogida por la inmensa bahía
de ese mar que abraza la utopía.
Y es que siempre seré prodiga
de un tiempo en rebeldía,
que se hace misionero
de una justicia perentoria
en la equidad más perspicaz…
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"