Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 24 de enero de 2013

Tiempo muerto




Tiempo muerto

Y se quedan los pasos sin huella
intoxicados por la fina lluvia
y un carraspeo lánguido
abrasa mi garganta emocionada.
Mis palabras guardan condolencia
en un silencio desgarrado,
que sin llorar, mira al cielo.
Desde hace días llora sin consuelo.

La voz equivocada habla, y habla,
la piedad desertó de su alfabeto,
y su eco martillea mi cerebro 
como una penitencia impuesta.
¿Quien sabe cual fue mi delito?
Quizá la memoria se me despide
y mi recuerdo enfermó desahuciado.

El dolor abdica en la indiferencia.
El olvido es un fármaco reparador
que se expide sin receta.
Ahora, y después se abrazan.
El antes es presente y seré niña.
Niña otra vez, para siempre 
en la amnesia del reloj.

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