No puedo negar
No puedo negar ese tiempo de acordes intoxicados
por ese cruel veneno que circulaba por mis venas
derritiendo la alborada de mi alma desolada.
No puedo negar esa hoguera encendida
día y noche en el vacío de una ausencia.
Ese crepitar sudoroso del inocente leño,
resistiéndose a ser apenas ceniza evaporada.
Dicen, que el ardor de la llama intensa
siempre deja ascuas bajo su rastro...
De ilusión encendida salí a encontrarte
y la fría escarcha de tu inhóspita mañana
heló la esperanza de ser fuego eterno
resguardada por tus pasionales brazos.
Ahora no puedes negarte este desierto,
donde apenas una agria arena te acoge.
Es un misterio el despertar de lo dormido,
puede que en el despliegue de sus parpados
después del sueño invernal del corazón
sea en ti donde se reconozca....
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"