Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 20 de septiembre de 2012

Desde el valle hasta las cumbres

Hay veces, que yo, que me pregunto tantas cosas, aún sabiendo que la respuesta es la misma quimera que su pregunta y es que, es terrible vivir con una cabeza como la que se me otorgó, que más que un objeto pensante parece una olla en ebullición, donde brota un vapor raro, extraño, rimando con lo absurdo.... Con esto de las redes sociales yo he hecho amigos… ¡Que digo amigos!, Creo que son un vergel infinito, multicolor, con una dimensión aún no definida, donde algunos de ellos, entran en ese grupo familiar de mi cotidianidad, puesto que tienen una voz especifica y un rostro presente, fuera de lo virtual, son muy queridos y muy personales, para mí.
Tengo que agradecer muchas cosas a la red, no, tener amigos, puesto que con mi carácter, nunca me fue difícil, si el hallar almas que en su diferencia, conecto con ellas en mis inquietudes, más que con todos aquellos, que han estado conmigo desde siempre, ahora bien, aquí aprendí a esparcir un reguero de besos y abrazos que muchas veces me preocupa que sería de mi frágil cuerpo, si no fueran virtuales, estaría literalmente tatuado de por vida y desarmado como el de una muñeca de trapo, jajajaja, siempre con la alegría de ser objeto de ese reclamo y como no, desde la reciprocidad, siempre devolverlos….

A todos esos besos y a algunos muy particulares del color bello del poeta…

Mil besos a todos…





Desde el valle hasta las cumbres

Silencios pesados, abrigados de hambre
Nubes que pasan sin sueño retrasado
¿Y el valle?, tiene la fiebre de la primavera,
Igual que el navío de viento en su vela.

Cuento las flores que florecen a mi paso;
Una, dos, tres, son muchas, son un vergel.
Las cumbres cantan a lo lejos reflejos de nieve,
y me llaman, susurrándome un beso de hielo.

Maldita la sombra que persigue mis pasos,
Expande la distancia en paraíso interminable.
¡No te canses!, Me grita la lluvia rezagada…
Y yo perezco en la lasitud extrema del tiempo.

Una cripta se abre en el centro del arcoíris,
¿Será una alucinación inventada entre colores?
En mis alforjas de sueños, rescato mil besos,
que voy sembrando dibujando un sendero…

Camino alfombrado de flores regadas de besos,
desde el valle de silencios a las altas cumbres,
No acortas la distancia y tampoco la alargas,
señalas la vuelta, después de una llegada…


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