Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

jueves, 20 de septiembre de 2012

El verbo del delirio


El verbo del delirio


Boca que reclama el verbo del delirio, 

demandas locura, fecunda flor encendida,
que su llama misteriosa descubre, 
el ánfora que guarda mi secreto.

Cruzas sin clemencia el acueducto,
con la certeza del cóndor en su vuelo,
alcanzado la reja donde crece mí nombre.
Estrecho manantial que bebes sigiloso.

Siembra tu daga en la tierra herida de pasión,
fecundo deseo, que verbenera febril su hendidura.
Cáliz sagrado que derrama el vino que te sacia,
y duérmete en su aroma soñando anidar en mi boca.

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