Ahora es tarde
Ahora es tarde, que triste mi amor.
Aunque florezcan claveles rojos en tu boca
al decir mi nombre y un “te quiero”
te faltó sentirme, en ese, tú otro tiempo.
En aquella tarde de febrero
el frío se instauró en tu deseo
como un triste piano desafinado,
que pierde el acorde en sus notas
al pronunciar el arpegio sublime.
Quisiste tenerme sin amarme…
La lluvia floreció lírica y suave
en la tierra que sembraste
en mi corazón baldío.
Sin ser consciente de tu semilla
la abonaste de agonía.
Ahora es tarde, mi trasnochado amor.
Rodaron muchas noches sin estrellas
a lomos de mi desgracia,
hasta que un buque de sueños
hizo ancla en el muelle de mis penas.
Hace tiempo que me embarqué
por sus mares abiertos a mi norte,
y no tienen salida hacía tu puerto…
Ahora es tarde, mi amor…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"