Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

sábado, 11 de agosto de 2012

Ramillete de esperanza

La belleza, dicen, que muchas veces nace sin alma y cuando eso ocurre su poder hechicero es capaz de provocar los males más horribles. Es muy común justificar la debilidad en el ser humano, culpable de ocasionar semjantes catástrofes con ese poder maléfico nacido de una belleza con esas características. No en vano, se mantiene, que fue la bella Pandora la que liberó todos los males del ánfora donde se guardaban, y todo por la debilidad e ingenuidad de Epimeteo. Por suerte la esperanza no escapó, siendo el gran talismán, con luz en la adversidad para el ser humano, desde entonces, … No se crean que esa historia es así de simple, es mas enrevesada y tiene otras versiones , siempre con el mismo resultado final…,
Tengo por hábito, guardar mi caja de Pandora en un cajón oculto del armario de mi dormitorio y de vez en cuando la aireo para que no sea atacada por la polilla. Es el momento que aprovechan sus inquilinos para columpiarse en mi suerte, y me hacen sentir como si el suelo hiciera piragüismo bajo mis pies, entonces, mi necesidad me incita a hacer conjuros como este poema y todo el orden se restablece… ¡Madre del amor hermoso!, jajajajajaja.. Esto sí que es un delirio, que no un delirium tremens...; ¡No vayan ustedes a mal pensar!

Gracias a todos

Mil besos conjurados con Venus, que es la diosa del amor, para que nunca os falte…


Ramillete de esperanza

En esta tarde fría e insolidaria
he cortado un ramillete de esperanza,
Y no encontré flores de fragante olor,
ni aderezo verde que lo adorne.

Fueron tan saladas las aguas de lluvia,
esparcidas en este campo en primavera,
que la tierra ahora está seca y herida,
profundas y finas grietas la recorren,
tan huérfanas de cariño que las nutra
que ya no sangran ni escarcha en invierno…

Tímida, tan preñada de melancolía,
de este corazón se resbala una pregunta,
que como el viento de alma congelada,
sin hallar la respuesta, tirita su desnudez;
¿La culpa de este final, tan inhóspita
para abrigar la conciencia, dónde nació?...

Nada queda pendiente a memorándum,
para un hipotético capitulo póstumo.
Lo enterrado lo guardan como centinelas
todas las capas de tierra de un suelo ingrávido.



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