El frío invierno…
Me dijiste bajo la ropa de Mayo,
un día desequilibrado, de sol apresurado,
que me regalarías ese mar que nos miraba
que no tiene espinas, ni cobijo para el invierno,
solo alfombras tejidas de brisa marina,
rellenando tu tierra de laborioso jardinero…
Hoy hacen guardia las nubes en mi cielo,
Y yacen vestidas de hábito las hojas en el suelo,
Mientras tiritan de frío las ramas de los árboles…
Fue el azar, quien equipo nuestro destino
con trazos emborronados y trucados,
de aquel paisaje que con esmero erigiste
para enlazar para siempre nuestros nombres…
Es la furia la que permanece encendida,
y barre todo rastro que nos recuerde...
Chirriando como loca, contra los cristales,
resquebraja furibunda el eco de nuestra historia,
y la esparce con rudeza como agitadas olas,
queriendo herir el corazón de esta roca, inerte…
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"